El recalentamiento es un parámetro que, cuando se entiende bien, se convierte en una poderosa herramienta de diagnóstico. No es solo un número en un manómetro digital: refleja el funcionamiento del evaporador, el comportamiento de la válvula de expansión y la protección del compresor.
¿Qué es el recalentamiento y por qué es tan importante?
En un sistema frigorífico, el recalentamiento es el aumento de temperatura que experimenta el refrigerante una vez que ha cambiado completamente de estado líquido a vapor al final del evaporador. Dicho de otro modo, es la diferencia entre la temperatura de evaporación y la temperatura del vapor a la salida del evaporador, justo antes de llegar al compresor.
¿Por qué es crucial este proceso?
1. Protección del compresor
El compresor está diseñado para comprimir vapor, no líquido. Si llega refrigerante líquido a su entrada, puede producirse un «golpe de líquido» que dañe válvulas, pistones o incluso el cigüeñal. Un recalentamiento adecuado asegura que el refrigerante ha evaporado completamente antes de llegar al compresor.
2. Rendimiento energético
Un recalentamiento excesivo reduce la capacidad del evaporador, ya que parte de él no se utiliza eficientemente para absorber calor, sino únicamente para calentar vapor. Esto puede traducirse en un menor rendimiento frigorífico y mayor consumo energético.
3. Diagnóstico del sistema
El recalentamiento es un parámetro clave para evaluar el funcionamiento del evaporador y la válvula de expansión. Un valor demasiado alto o demasiado bajo suele indicar problemas como carga incorrecta de refrigerante, mal funcionamiento de la válvula, suciedad en el evaporador o sensores mal colocados.
Cómo medir el recalentamiento correctamente
Para medir el recalentamiento de forma precisa, se necesitan dos datos fundamentales:
- Temperatura real del tubo de succión a la salida del evaporador (idealmente justo antes del bulbo de la válvula de expansión o entrada del compresor).
- Presión de succión en ese mismo punto, para obtener la temperatura de evaporación correspondiente según el refrigerante usado.
Fórmula básica:
Recalentamiento = Temperatura de succión – Temperatura de evaporación saturada
Consideraciones importantes
El refrigerante importa
Si trabajamos con mezclas zeotrópicas (como R407C o R438A), debemos tener en cuenta el “deslizamiento” o glide, que es la diferencia entre las temperaturas de burbuja (inicio de evaporación) y de rocío (final de evaporación) durante el cambio de fase. En estos casos, para calcular correctamente el recalentamiento se debe utilizar la temperatura de rocío correspondiente a la presión de succión.
Ubicación de los sensores
La sonda de temperatura debe estar bien colocada y aislada del ambiente para evitar errores por corrientes de aire. La presión debe tomarse lo más cercana posible al punto donde se mide la temperatura.
Sistema estabilizado
No se deben tomar lecturas al instante de arrancar el sistema. Hay que dejarlo funcionar hasta alcanzar condiciones estables (10-15 minutos mínimo).
Problemas frecuentes relacionados con el recalentamiento
Recalentamiento demasiado bajo (0-2 ºC)
- Riesgo de retorno de líquido al compresor (golpe de líquido).
- Posible sobrealimentación por válvula de expansión mal calibrada.
- Sondas mal ubicadas o mal aisladas.
Recalentamiento demasiado alto (+12 ºC o más)
- Evaporador con baja eficiencia (parte de su superficie no se utiliza eficientemente).
- Posible insuficiencia de carga de refrigerante.
- Válvula de expansión obstruida o mal ajustada.
- Filtros o capilares parcialmente bloqueados.
Oscilaciones inestables en el recalentamiento
- Válvula de expansión modulando de forma errática o con retardo.
- Sensor térmico del bulbo mal fijado o mal aislado.
- Sistema con capacidad frigorífica superior a la demanda real.
Buenas prácticas para el control del recalentamiento
- Medir con el sistema estabilizado: Dejar operar 10-15 minutos antes de tomar datos.
- Instrumentación confiable: Usar manómetros y termómetros calibrados. Aislar bien la sonda de temperatura.
- Identificar bien el refrigerante: Usar tablas actualizadas. En mezclas zeotrópicas, usar temperatura de rocío.
- Revisar la válvula de expansión: Ajustar solo si es necesario. No girar más de 1/4 de vuelta por vez.
- Colocar bien el bulbo:
– Posiciones tipo reloj 4 u 8.
– Buen contacto térmico y bien aislado.
– Evitar exposición a corrientes de aire. - Monitorear periódicamente: el recalentamiento debe revisarse en mantenimientos, recargas o cambios de componentes.
Valores de referencia típicos
Mantenimiento preventivo basado en recalentamiento
El recalentamiento es un indicador esencial no solo para el ajuste inicial del sistema frigorífico, sino también para su mantenimiento a lo largo del tiempo. Incorporar el seguimiento y análisis del recalentamiento dentro de las rutinas de mantenimiento preventivo permite anticipar problemas, evitar fallas inesperadas y optimizar la eficiencia del equipo.
Monitorización periódica
Durante las revisiones de rutina, medir el recalentamiento ayuda a detectar variaciones que pueden ser síntoma de:
- Fugas de refrigerante: Una caída en la carga suele reflejarse en un aumento del recalentamiento, al haber menos líquido para evaporar.
- Suciedad o bloqueo en el evaporador: Afecta el intercambio térmico y la evaporación.
- Problemas en la válvula de expansión: Atascos o mal calibración provocan recalentamientos inestables.
Detectar estas señales a tiempo permite actuar antes de daños mayores como golpes de líquido o sobrecalentamiento del compresor.
Ajustes y calibraciones oportunas
Basándose en las mediciones, el técnico puede ajustar la válvula de expansión para mantener condiciones óptimas. Estos ajustes deben hacerse gradualmente con instrumentos precisos para evitar desestabilizar el ciclo frigorífico.
Registro y análisis histórico
Llevar un registro de las mediciones facilita el análisis de tendencias y detección de anomalías recurrentes, ayudando a planificar intervenciones más efectivas y justificar mejoras.
Beneficios del mantenimiento basado en recalentamiento
- Prolonga la vida útil del compresor y componentes.
- Mantiene la eficiencia energética, reduciendo costos operativos
- Minimiza riesgos de fallas graves y tiempos de paro.
Mejora la fiabilidad y estabilidad del sistema.
En resumen, el recalentamiento no es solo un parámetro de ajuste inicial, sino una herramienta valiosa para el mantenimiento preventivo que asegura un funcionamiento seguro, eficiente y duradero.
Conclusión final: El arte de afinar un sistema frigorífico
Trabajar con un recalentamiento dentro de los valores óptimos significa:
- Evitar golpes de líquido y fallas mecánicas.
- Reducir el consumo energético.
- Aumentar la vida útil del compresor.
- Garantizar una refrigeración eficiente y estable.
Como técnicos, no basta con que “enfríe”: debemos asegurar que el sistema funcione bien, por dentro y por fuera. El recalentamiento es una de las pistas más claras para saberlo.
¿Y qué pasa del otro lado del sistema? Subenfriamiento: La otra cara de la moneda
En mi próximo artículo profundizaré en otro parámetro clave: el subenfriamiento.
Si el recalentamiento se encarga de que el compresor reciba vapor seco (en la línea de succión), el subenfriamiento asegura que la válvula de expansión reciba líquido puro (en la línea de líquido). Son las dos caras de una misma moneda: una en baja presión, otra en alta presión; una protege al compresor, la otra garantiza una expansión eficiente.
Entender y medir ambos correctamente da una visión completa del ciclo frigorífico y permite anticipar problemas antes de que se conviertan en fallas costosas.
Con nuestro servicio de mantenimiento META transformamos la gestión de tus instalaciones industriales, garantizando un rendimiento óptimo y un ahorro real en cada factura
Descubre aquí cómo optimizar tu mantenimiento con el sistema META de Grupo Innotec







